Informa: Patricia Rodríguez
Fotos: Antonio Casado www.burladero.com
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Hay un refrán que dice que más vale caer en gracia que ser gracioso. Manuel Díaz “El Cordobés” cayó en gracia ayer en Castellón aunque, bien es cierto, que gracia no le falta. Que el madrileño sabe cómo ganarse al público no es ninguna novedad y ayer entre pitos y flautas consiguió la única oreja en la tarde de la vuelta a los ruedos de Jesulín de Ubrique.
El primer festejo de la Feria de la Magdalena fue tan gris como el cielo que cubría el coso de la calle Pérez Galdós. Por eso, cuando El Cordobés puso una nota de color el respetable sacó los pañuelos. Tal cual. El mismo color que el de su traje, verde esperanza para el resto de los mortales y verde Magdalena si se lleva en Castellón y más, en el día grande de las fiestas fundacionales. Primer punto para El Cordobés. El segundo punto llegó tras dar lidia al quinto de la tarde, un ejemplar castaño marcado con el hierro de Sánchez Dalp, al que mató de una certera estocada tras algún pase aseado por la derecha y un final bullidor con salto de la rana incluido. Y con ello el punto y la oreja, claro.
Sin embargo, la corrida de ayer había previsto un protagonista de antemano. Todos los elementos se habían dispuesto para el triunfo del torero de Ubrique en la tierra de su familia política y anunciado con la misma ganadería con la que tomó la alternativa. Jesulín se vistió de blanco inmaculado para una ocasión en la que de haber atinado con la espada con el cuarto no hubiera desaprovechado. Fue una faena voluntariosa fundamentada en la mano diestra en la que el toro se vino a más. Con el que abrió plaza no estuvieron a la altura ni toro ni torero.
Completaba cartel Matías Tejela que también se fue como vino. No le dio oportunidades el tercero de la tarde, pero sí el sexto al que toreo bajo una incesante lluvia. Se acopló bien Tejela desde las verónicas de recibo que ejecutó con el compás abierto. Le bajó demasiado la mano al colorao de Sánchez Dalp en el inicio de faena por la derecha; sin embargo, dio lo mejor de sí con la mano izquierda.
El primer festejo de la Feria de la Magdalena fue tan gris como el cielo que cubría el coso de la calle Pérez Galdós. Por eso, cuando El Cordobés puso una nota de color el respetable sacó los pañuelos. Tal cual. El mismo color que el de su traje, verde esperanza para el resto de los mortales y verde Magdalena si se lleva en Castellón y más, en el día grande de las fiestas fundacionales. Primer punto para El Cordobés. El segundo punto llegó tras dar lidia al quinto de la tarde, un ejemplar castaño marcado con el hierro de Sánchez Dalp, al que mató de una certera estocada tras algún pase aseado por la derecha y un final bullidor con salto de la rana incluido. Y con ello el punto y la oreja, claro.
Sin embargo, la corrida de ayer había previsto un protagonista de antemano. Todos los elementos se habían dispuesto para el triunfo del torero de Ubrique en la tierra de su familia política y anunciado con la misma ganadería con la que tomó la alternativa. Jesulín se vistió de blanco inmaculado para una ocasión en la que de haber atinado con la espada con el cuarto no hubiera desaprovechado. Fue una faena voluntariosa fundamentada en la mano diestra en la que el toro se vino a más. Con el que abrió plaza no estuvieron a la altura ni toro ni torero.
Completaba cartel Matías Tejela que también se fue como vino. No le dio oportunidades el tercero de la tarde, pero sí el sexto al que toreo bajo una incesante lluvia. Se acopló bien Tejela desde las verónicas de recibo que ejecutó con el compás abierto. Le bajó demasiado la mano al colorao de Sánchez Dalp en el inicio de faena por la derecha; sin embargo, dio lo mejor de sí con la mano izquierda.
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