Informa: Patricia Rodríguez
Fotos: Cristina Rodríguez
Viajar a Grecia tiene especial interés para los apasionados de la historia, de la arqueología, de la democracia... y también de los toros; puesto que, como demuestra el famoso fresco del salto del toro, la isla de Creta podría considerarse la zona cero de los festejos taurinos. Ya en el año 1500 antes de cristo (aprox.) los cretenses --tanto mujeres como hombres-- saltaban a los toros como condición impresdicindible para demostrar su llegada a la vida adulta.
Ayer volví de Atenas, no sin antes visitar "todo" lo relacionado con la tauromaquia de la ciudad. No sé si es algo que les pasa a todos los aficionados pero para mí es inevitable hacer un viaje y no buscar la relación del lugar con el mundo del toro. Supongo que será una forma de sentirme más cerca de casa...
Encontré toros en Atenas; eso sí, plasmados en frescos o esculpidos en marmol en el Museo Arqueológico Nacional. En las vitrinas del citado museo se encuentran varias pinturas --en concreto tres-- en las que aparecen toros; en una de ellas está representado un hombre saltando a un toro --similar al arte cretense-- que simboliza la dominación del hombre sobre la naturaleza; mientras que en las otras dos el toro aparece luchando con varios leones.
Me quedó pendiente ir a la isla de Creta --situada a 8 horas de Atenas en barco--, centro de la civilización minoica. Así que me tuve que conformar con traerme hasta casa una reproducción del fresco del salto del toro y con ver el busto del Minotauro --un ser mitad hombre y mitad toro protagonista de una de las leyendas griegas más celebres--.
Aún no tengo pensado donde haré mi próximo viaje, pero mucho me extrañaría que el lugar en cuestión no tuviera alguna relación con el mundo del toro...
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