7/12/2009

La vida sigue y los Sanfermines, también...





Me fui a los Sanfermines sin ser capaz de quitarme de la cabeza la muerte de Daniel Jimeno y así durante todo el fin de semana. Sin embargo, la vida sigue y los Sanfermines, también. Pamplona ha seguido con su programación habitual, sólo la prensa y las decenas de pañuelos atados al vallado número 62 han mantenido presente la tragedia entre el ambiente de euforia.


No haría cinco horas de viaje para ir a Iruña sólo de fiesta; sí para ver el encierro. Con semejante filosofía, es de recibo aguantar empujones para coger palo –que no toro- o estar varias horas sentada en el vallado. Todo eso vale la pena a las 8 en punto de la mañana.


Cómo decía la crónica del Diario de Navarra, la carrera de ayer sábado se realizó sin Daniel en el recorrido pero con su recuerdo en la memoria de todos y más, si cabe, en el tramo de entrada al callejón desde donde ví pasar a los de Dolores Aguirre y donde se produjo la cornada. Esta mañana he visto el encierro de los Miura enfrente de la casa consistorial, un punto que me ha parecido muy emocionante, puesto que desde allí se oye como las campanas de San Cernín y el cohete dan paso al encierro.


Mañana, ya sin poder elegir tramo, me tocará verlo en la pantalla del ordenador; eso sí, sin empujones ni horas de espera...





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