7/09/2015

Crónica encierro Victoriano del Río San Fermín 2015: Locos muy cuerdos


Por Patricia Rodríguez
Foto: EFE


Ondeaba la bandera republicana en un balcón de Estafeta, a escasos metros de Telefónica. Ideología o metáfora, quién sabe. Porque en una república independiente es en lo que se ha convertido este mítico tramo del recorrido del encierro. Por eso, se necesitan locos muy cuerdos en las calles de Pamplona para que guíen a los seis toros hasta los corrales. Hoy, a los seis de Victoriano del Río. Tercer encierro de 2015. 

Yo me pregunto: ¿Qué quedaría sin ellos? Y me respondo: los que pasaban por allí por ver qué pasa, los que no han dormido en toda la noche o, atención, los del pack turístico que estos días, y no es nuevo de este año, se denuncia en la capital Navarra. Los que lucen la pulsera que da el mismo derecho a barra libre como a correr entre toros de más de 500 kilos. No sé si avisan de los posibles contratiempos: del primero la resaca, que a ese ritmo no se la quitan ni con el 'Benadon' -mano de santo, dicen-. Los del segundo pueden ser irreversibles.

Decía el torero Sebastián Castella -que esta tarde se medirá a los Victoriano en la plaza- tener más miedo "a la gente que al toro". Unas afirmaciones realizadas minutos antes de que sonara el cohete anunciador y que han sido ratificadas cuando a los 2'23" los de Guadalix de la Sierra han entrado en los corrales de la plaza. Antes, los 'victorianos' han impuesto su propia ley, sin más banderas ni colores que los de su divisa, en ese caos estructurado. ¡Cuánto trabajo tiene San Fermín estos días!

Se le vieron las intenciones "Jubilado" desde dentro de corrales. Y, de hecho, sólo tardo los metros que separan el portón de la hornacina para tirar metros por delante en la Cuesta de Santo Domingo. Tramo de veteranos. Mercaderes, kalea en la que siempre se busca la entrada a la curva, ha sido hoy el escenario de una trama que podría haber terminado en tragedia cuando el toro ha embestido a un grupo de mozos, ha caído y ha hecho la intención de volver atrás. 

Por suerte, ese capotillo que no se ve pero sí está y la ayuda de esos que conservan el conocimiento, han reagrupado al animal junto a sus hermanos y así han entrado los seis, junto a los cabestros, en Estafeta. Poco ha durado esa calma tensa cuando el líder ha ejercido de nuevo como tal y ha embestido a dos corredores por la parte izquierda del vial.

La envidia es muy mala y otro de los victorianos, "Enamorado", que hasta dicho punto había sido el segundón, ha hecho un 'sprint'. Manada estirada con bastantes huecos para coger toro pero, de nuevo, demasiado loco sin cordura pisando adoquines y tocando, si es posible, fachada. Y mientras, los que sí saben a los que van y lo que hacen, han tirado de la manada hasta el callejón en el que, un día más, se han registrado numerosas caídas.

Hoy, el que más y el que menos, podrá ir a almorzar -no hay heridos por asta-. Los mirones, los fiesteros, incluso los que compran un viaje sin saber que podría no tener vuelta... Todos, gracias a esos locos cuerdos que mandan entre tanta norma y tanto incumplimiento. ¡Benditos locos cuerdos!


Parte de heridos: 

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