Folleto de la campaña del Ayuntamiento de Pamplona que invita a los corredores a ir de blanco (2010).
Por Patricia Rodríguez
Son las 08.00 horas del 6 de julio. Mi reloj interno debe haber sufrido una avería y me ha despertado a esa hora de ese día en la que el corazón más que rojo es rojo y blanco y late al ritmo que marcan los toros por las calles de Pamplona. Faltan 24 horas para eso y para dejarnos la vista buscando una camiseta. La tuya, la suya, la mía.
El color de la camiseta para correr el encierro es una de las polémicas que se aviva cada año cuando se acercan los sanfermines. Los más puristas defienden a ultranza el blanco y acusan a los "colorines" de buscar la foto; mientras que en el lado opuesto, que no oscuro, del litigio se sigue rindiendo tributo a ciudades, equipos de fútbol o peñas con equipajes de todas las gamas cromáticas. Hay camisetas que también deben saber de sentimientos.
Sentimientos que vestidos de blanco y también de color formarán una marea cromática para dirigir a la manada hasta la plaza de toros. Sentimientos que guiarán esos rostros que desde vallado, balcones o pegados al televisor buscarán esa camiseta que también es la mía, la tuya, la suya. Ese envoltorio de vida que sólo son capaces de ver los ojos del corazón cuando miran con los cristales del alma entre tanto blanco y tanto color.
Mañana, cuando mi reloj puesto a hora me despierte, sonará el cohete e, inevitablemente, volveremos a buscar mi, tu, su...camiseta. Yo, la mía. ¡Suerte!
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