Infoma: Patricia Rodríguez
Foto: www.torodigital.com
No podemos mirar hacia otro lado. Almassora celebró ayer la quinta jornada taurina de Santa Quitèria mientras en Castellón se pretendía erradicar la tauromaquia. Así porque sí. Cuatro kilómetros separaban una plaza llena por libre elección y un salón de plenos en el que ese derecho se ponía a debate.
Los de El Comboi se pusieron tan elegantes como su toro. Enfundados en una camisa gris, los patrocinadores del Gavira contemplaron su salida presidida por la reina, Marta Gargallo, y sus damas. Al número 22, de nombre "Elegante", le plantó Borja la faja roja, al que hizo caso omiso para partir a las calles por San Joaquín. Una exhibición que más de uno y más de dos se perdieron en pro de defender la fiesta, la libertad. La que se ponía a debate en la capital de provincia. La más taurina de España.
No podemos mirar hacia otro lado, recuerden. Julián Marín miró a los chiqueros para recibir al segundo, de Núñez del Cuvillo. El de las peñas El Polp, El Bocao, Gamusinos, La Pirula, La Jerga, El Deklive, La Trieka y la Kliba tuvo una buena actuación, arrancando de largo al quiebro en La Picaora. Remató en las talanqueras del recinto, donde lo rodó con buenas maneras Rafa Lorite.
Cerró tarde el astado de Virgen María, con el que se puso Abel a puerta, mientras en Castellón decenas de aficionados daban la cara por el toro. "Aguleño", de las peñas Els Vint, La Brusa, La Colla, Els Casats, L'Aberració, El Garbo, Bufa La Gamba, La Galbana y l'Estocà basó su lidia en las calles, allí lo probó Iván. Terminó la tarde y también el pleno, pero el activismo taurino debe mantenerse vigente. No podemos mirar hacia otro lado.
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