6/03/2008

Jairo Miguel: Un torero en el exilio


Informa: Patricia Rodríguez
Foto: Alejandro Navarro


*Reportaje Enero 2008. Jairo Miguel tomó la alternativa el 4 de mayo de 2008


Una llamada interrumpe la sesión de entrenamiento que como cada día Jairo Miguel realiza junto a su padre en la explanada de Chapultepec (México D. F.) de cara a afrontar su próxima temporada como novillero. Su acento no reniega de su procedencia extremeña, aunque durante la conversación utiliza de forma inconsciente expresiones que delatan las largas temporadas en América Latina, donde actualmente se prepara para ser matador de toros, algo que en España la legislación vigente no permite hasta cumplir los 16 años. Jairo tiene 14.


Su imagen herido de gravedad tras sufrir una cornada cerca del corazón en la monumental de Aguascalientes ocupó las portadas de todos los medios de comunicación nacionales e internacionales el pasado 15 de abril y abrió un polémico debate sobre cómo y quién permitía que un niño de su edad se enfrentara a un toro de 430 kilos –peso de Hidrocalido, el ejemplar que le llevó al roce de la muerte--. Jairo no ha estado ajeno al revuelo que ha levantado su caso. “La edad no influye. Lo importante es tener cualidades para torear y yo las tengo a corta edad”, afirma tajante esta promesa del toreo quién en poco más de 24 horas se enfrentará a un astado en la plaza de Querétano.


Aquel suceso, que conmocionó a todos los estamentos de la fiesta taurina y al resto de los mortales, ha conseguido imprimir el nombre del novillero de Cáceres en la portada del periódico New York Times junto al de Michelito Lagravere, otro “minitorero” –como los adjetiva la publicación—de 9 años, en un artículo titulado ‘Los niños toreros dibujan olés en las plazas mejicanas’ que fue publicado el pasado 19 de noviembre. “Es un orgullo salir en el New York Times pero al mismo tiempo es una responsabilidad, por que la gente cuando va a la plaza te valora y te exige más porque te han visto en los medios”, reconoce.


Y es que el vacío legal que existe en países como Colombia, Venezuela, México, Ecuador o Perú hace posible que Jairo Miguel comparta cartel con niños de entre 9 y 12 años como Rafita Mirabal, Brandon Campos, Paola San Román, Oliver Godoy o el propio Michelito, quién reconocía en unas declaraciones al rotativo americano haber empezado a torear con tan sólo 3. Algo increíble en la península pero posible en estos países latinoamericanos en los que hay verdadera pasión por la fiesta nacional.


En España para inscribirse a una Escuela Taurina y recibir clases teóricas y de toreo de salón hay que tener 12 años y dejar pasar 2 más para entrenar con reses. Sin embargo, en México, por ejemplo, los padres pueden inscribir a sus hijos en la escuela taurina a los 4 años y es a los 13 cuando se les permite lidiar y dar muerte a novillos. De este modo, es la búsqueda de formación y el hecho de querer jugar en contra del tiempo lo que hace que muchos opten por cruzar el charco. En este sentido, Bernardo del Valle, ‘Vallito, reconocido banderillero castellonense, apunta a una mala gestión de la administración española junto a una reglamentación obsoleta el hecho de que un torero menor de 16 años tenga que exiliarse para conseguir su meta. “A un torero lo tratan como a un trabajador y eso no debería ser así. Cuando un chico tiene soltura para torear un toro no debe importar la edad”, explica.


“Jairo, como yo en su día, ha ido a América a intentar ser figura del toreo. No voy a entrar en valoraciones acerca de si está bien o está mal, pero la historia está llena de grandes toreros que en su momento tomaron la alternativa en tierras latinoamericanas”. Con estas palabras Julián López, ‘El Juli’, en declaraciones al diario El Mundo, se hacía eco de la situación del novillero cacereño. Una situación que el diestro puede entender mejor que nadie, puesto que se asemeja a la que él mismo vivió hace algunos años. Y es que la aventura americana que Jairo Miguel emprendió cuando tenía 12 años no es nada nuevo. El camino que él está recorriendo ya fue labrado en su día por grandes figuras del escalafón como José Gómez ‘Gallito’, Luis Miguel Dominguín, Juan Antonio Ruíz ‘Espartaco’ o el mitificado José Tomás.


“Es duro dejar tu casa y tu familia pero cuando el toreo se lleva dentro hay que hacer ese sacrificio. Como se dice, quién algo quiere algo le cuesta”. La respuesta de Jairo Miguel no deja lugar a dudas de que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Sin embargo, el novillero cuenta con la entrega incondicional de su padre, Antonio Sánchez Cáceres, un matador de toros retirado, quién se ha convertido en su sombra en su exilio latinoamericano. “Mi padre es un apoyo muy importante. No todos tienen la suerte de tener un padre torero que conoce los entresijos de la profesión y que, además de darme consejos, me da mucho cariño”, señala Jairo quién, por cierto, en el transcurso de la entrevista se encuentra en compañía de su padre. Mientras, su madre, Celia Alonso, vive aferrada al teléfono en Rancho Romero, la finca familiar situada a nueve kilómetros de Cáceres y a once mil de México, esperando tener noticias de los suyos.


Unida en la distancia, la familia Sánchez-Alonso ha aguantado el aluvión de críticas que les llegaron desde diversos frentes a partir de aquellos trágicos días de abril, cuando la vida de su hijo pendía de un hilo. Muchas fueron las voces que les señalaron como culpables de que Jairo quisiera ser torero o de proyectar sus ilusiones frustradas en la vida de su progenitor con el objetivo de hacer rentable la situación. En la mayoría de ocasiones los niños toreros son hijos de familias con arraigo al mundo del toro, como es el caso de Jairo.


Respecto a la tesis económica, y tal y como señala ‘El Juli’, “en México se torea de forma amateur sin ningún tipo de compensación económica”. Un hecho que constata que la estancia de padre e hijo en tierras foráneas les esté costando dinero, como ha afirmado Sánchez Cáceres en más de una ocasión, además de mucho sacrificio personal. Un dinero que se suma a los más de 6.000 euros que el progenitor de Jairo Miguel ya tuvo que abonar en concepto de multas por presentar al niño en varias plazas españolas en la clandestinidad.


El panorama para los novilleros en España tampoco es más alentador. Así lo constatan José Arévalo, de Moncada, y el castellonense Diego Lleonart, dos futuros espadas que han cosechado grandes éxitos esta temporada. “Los comienzos siempre son duros”, explica Arévalo; quién reconoce que todos los novilleros tienen una oportunidad “aunque sin dinero ni padrinos tienes menos facilidades”, concluye. En este sentido, Lleonart señala “la dificultad” de ser torero en Castellón, por lo que durante el invierno se prepara en Andalucía con el consiguiente gasto económico que conlleva el vivir fuera de casa.


“Va a ser una figura, un futuro Juli o José Tomás”, comenta ‘Vallito’, quién ha formado parte de la cuadrilla de muchas figuras del toreo y que sigue de cerca la carrera de Jairo Miguel, quién aún ve muy lejano el día de su alternativa, “el tiempo dirá cuando estoy cien por cien preparado, es un paso muy importante en la carrera de un torero. No quiero tomar la alternativa y quedarme con el cartel colgado en casa”. Muchos hubieran tirado la toalla tras la grave cogida, pero al de Cáceres es algo que no se le pasó por la cabeza y volvió a los ruedos tras su rehabilitación. La mala fortuna o puede que la entrega desmedida de este genio del toreo de a pie hizo que en septiembre recibiera otra cornada – esta vez de 15 centímetros en el glúteo-- que pasó por alto hasta matar al toro que le había herido. Quizás sea el 5 de marzo de 2009, fecha en la que cumplirá 16 años, cuando Jairo Miguel reciba los trastos de manos de su padrino. “No he pensado si tomaré la alternativa en España o en México, es un día muy especial y creo que lo menos importante es la plaza”, comenta con tono firme y, al mismo tiempo, ilusionado.


Pero Jairo no sólo sabe lidiar morlacos, también está acostumbrado a hacerlo con la prensa. Las entrevistas se han convertido en el pan de cada día y el bagaje adquirido lo demuestra con soltura y sensatez en cada respuesta a los periodistas --a quiénes agradece la cobertura mediática-- más propias de un hombre hecho y derecho que de un "niño", un adjetivo con el que, en ciertas ocasiones, se le intenta menos valorar. Sin embargo, quiénes le conocen dicen que sigue siendo el mismo de siempre, con las mismas ocurrencias de cualquier chaval de su edad y muy centrado en lo suyo, el toreo. ¿Cómo llevas los estudios Jairo?, “Bien” responde muy seguro este estudiante de 2º de ESO que cuenta con un profesor particular. “Ahora van algo más cuesta arriba que antes pero con ayuda del ordenador lo voy llevando”, confiesa.


El fin de la llamada marca la continuación del entrenamiento diario de Jairo Miguel y, como no, de su sueño. Un sueño que se irá forjando en la distancia hasta que el niño torero, ya no tan niño, pueda volver de su exilio.


1 comentario:

Ro dijo...

Enhorabuena por el blog Patricia, saludos desde Mèxico ojala me puedas dar un correo para estar en contacto, soy periodista taurino y fotografo taurino bueno eso es mas hobbie que nada jeje !! un beso y estamos en contacto Enhorabuena por tu excelente trabajo Rodrigo

te dejo mi msn.... rvi1102@hotmail.com