Por Patricia Rodríguez
Foto: EFE (Daniel Fernández)
Se intercambiaron los móviles la última vez. Y
comenzaron los sms tras aquel encierro de 2003. Ha tenido que pasar toda una década
para volverse a cruzar las miradas, para sentirse cerca, para decirse a la cara
todo aquello que no suena igual en un mensaje de texto. A estas alturas ya a través de
WhatsApp, Facebook o Hotmail, para explayarse un poco más… La forma de comunicarnos
ha cambiado en tan alto grado como la importancia de un café a media tarde durante los 11 años de ausencia de Adolfo Martín en Pamplona.
“Ya es oficial el regreso el año q viene a
Pamplona!!.Con mucha ilusión de volver.”, publicó @aadolfomartin el pasado
diciembre en su cuenta de Twitter. Esta mañana el contacto mantenido por la red,
que si te mando una foto, que si te hago ‘retweet’ al comentario, se materializaba
sobre los adoquines con los seis ‘adolfos’ que han encarnado el cuarto encierro de San Fermín para
la historia de la ganadería. El séptimo de la presente edición. (Pulsar “Me gusta”).
Se abrían de par en par las puertas de
corrales y uno de los cárdenos se ponía en la cabeza, arropado por los cabestros, inmerso en una manada muy bien compactada. La Cuesta de Santo Domingo ha sido de testigo
de cómo tres toros han tirado de sus hermanos y han enfilado hacia Mercaderes,
con tres ejemplares delante y otros tres detrás de los cabestros, sin tan siquiera
rozar el vallado de la curva. (Marcar como “Favorito”).
Los 350 metros que encierra la calle Estafeta
han registrado carreras para enmarcar con los seis astados muy estirados, con uno tomando ventaja; sin
embargo, el mayor número de personas en el recorrido al tratarse de un encierro
en domingo ha impedido muchas otras que se han difuminado al tocar el suelo.
Cuatro toros han pasado primero por Telefónica, el primero de ellos literalmente 'acosado' por los mozos. Con la llegada de
los dos últimos se ha vivido uno de los momentos más tensos, cuando el sexto ha
embestido contra los mozos situados en el vallado de la parte derecha en varias ocasiones. (Tres emoticonos
con la gota de sudor).
Mientras corredores con currículo y pastores
intentaban llevarse al Adolfo rezagado hacia el callejón –de nuevo se ha hecho
necesario colear al toro para evitar males mayores- (Sonido de aplausos), sus hermanos iban
desapareciendo del ruedo. A las puertas de los corrales el quinto, que aún
merodeaba por el coso, y el sexto han tenido un pequeño encontronazo que no ha permitido parar el cronómetro hasta los 2’52”. Fin de la cita. “Todo bien. Encierro limpio.
Muy contentos”. Respuesta: “Menos mensajes y más visitas…”. Enviar. Un tick. Doble
check. Escribiendo. “Ok”.
PARTE DE HERIDOS: Sin heridos, solo 6 trasladados por contusiones
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