Foto de familia de la peña El Caragol en su 40º aniversario.
Información y foto: Patricia Rodríguez
La vida es una cuestión de prioridades. Quedó demostrado en la penúltima jornada taurina del Roser de Almassora en la que las peñas patrocinadoras sacaron a relucir sus respectivos idilios con las ganaderías de Manuel Blázquez, Núñez del Cuvillo y Jandilla. Una preferencia compartida con los aficionados, que dieron esquinazo a los planes alternativos frente a la prueba de los tres toros.
Volvía al cartel "Currillo", de Manuel Blázquez y Rein. El ejemplar, patrocinado por las peñas La Tribu, El Roser y El Arte, no pudo abrir feria en mayo; aunque, en compensación, abrió cartel el viernes. Sus ganas por pisar la plaza Mayor se hicieron patentes al 'embrocar' con César Palacios en sendas ocasiones, arrancando los aplausos del respetable. Le gustaron los halagos y la arena al animal, marcado con el número 15, que se resistió a salir de la plaza y bajó el ritmo ya en las calles.
La peña El Trasto se aferró con tanta fuerza al hierro de Núñez del Cuvillo como al trofeo de Mejor Toro. Los de morado recibieron el premio por su Cuvillo de Santa Quiteria en el pórtico de la tarde con más público de la feria. Hay hierros que producen atracción sin necesidad de estar imantados. Recibió Borja a "Lanzafuegos" que, cuanto menos, puso emoción en la Vila con fuertes arrancadas en la parte baja del recinto. Allí arriesgó "El Espejo", de Puçol, y apuró Alejandro, de La Pobla de Farnals, con el número 28 de la Finca El Grullo, que respondió a los cites pegando en los barrotes de viviendas y calles.
Fidelidad volvió a demostrar la peña El Caragol a Jandilla en las fiestas de su 40º aniversario. "Raulillo" se sintió torero el viernes cuando recibió una cerrada ovación como ejecutor del Mejor Recorte de Salida de mayo, ganándose el cometido de recibir a "Coreógrafo" (que sustituyó al anunciado "Delator" caído en batalla). El toro, marcado con el 122 y de 'asamuelada' cornamenta, pasó por la zona de cadafals del Raval, en la que varios recortadores arquearon figura y le marcaron el quiebro a cuerpo limpio. Sin embargo, la estrella de la casa ganadera no aportó luz, caída ya la tarde, a un cielo que tenía pinta de descargar la lluvia a la que cada año invocan los 'caragols' para salir a la Vila. Cuestión de prioridades.
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