7/08/2013

Crónica segundo encierro San Fermín 2013: Doña Dolores sí estaba allí




Por Patricia Rodríguez


Cuando alguien cercano muere pasamos por una etapa en la que nos negamos a asimilar que no volveremos a ver a esa persona. Esa es “La ridícula idea de no volver a verte” con la que Rosa Montero titula su último libro. Un pensamiento que hoy se hacía presente en Pamplona cuando los toros de Dolores Aguirre, que han encarnado un encierro rápido y limpio, enfilaban los históricos viales del recorrido.

Era la primera vez que la ganadera vizcaína, que vivió su adolescencia en la capital del toro, no presenciaba la carrera tras su fallecimiento el pasado abril. No lo hacía en 'in situ', matizo, porque para los aficionados Doña Dolores estaba allí, en algún sitio, aunque ellos no la vieran. ¡Qué ridícula idea la de no volver a verla!

El duelo en la casa ganadera lo han llevado los seis ejemplares en su pelaje negro –excepto un tostado chorreado- cuando han tomado la Cuesta de Santo Domingo protegidos por los cabestros. La manada ha seguido la misma tónica en la zona del ayuntamiento y se ha ido estirando en Mercaderes, tramo en el que hoy se ha caído un manso. Precisamente este animal es el que ha puesto en jaque a algunos aficionados al irse de ‘copas’ y volver en solitario hasta la cuesta.

Con la Estafeta descongestionada a comparación de ayer pero con mirones a ambos lados de la calle, la torada se ha dividido a partes iguales mientras los corredores intentaban coger toro. A su paso caídas, golpes, pero ninguna cornada al paso por Telefónica y callejón con dos astados encabezando la torada, seguidos por otro a pocos metros. Así han entrado a la plaza a los 2’05”, pero ha sido 20 segundos después cuando los seis sevillanos han entrado a los corrales no sin antes brindar una pequeña vuelta en el centro del ruedo a su ganadera. Estuviera donde estuviera Doña Dolores.





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