Informa: Patricia Rodríguez
Fotos: Javi Rivera
Nadie dijo que fuera fácil. Pero tampoco lo contrario. La cuarta tarde de "bous al carrer" de las fiestas de Santa Quitèria de Almassora resultó más complicada de lo que a priori se esperaba. Y es que "Integrista" y "Gastador", los dos toros exhibidos ayer, se saltaron a la torera el reglamento taurino local y dieron tormento a los cabestros de El Saliner y compañía. La jugarreta prolongó el espectáculo más de una hora de lo previsto.
Julián Marín tenía ayer una doble responsabilidad al recibir al toro de su peña, La Jerga, patrocinadora del primero de la tarde junto a El Polp, El Bocao, Gamusinos, Pirula, La Kliba, La Tolka y El Deklive. Lo hacía, además, en día de aniversarios y así lució al Jandilla con dos rodadas levantándole la cara con la faja roja. "Integrista" pisó calles y se fue a La Picaora, donde lo recibió Adrián Andreu al quiebro. Una suerte a la que respondió con nobleza y por la que también optó Yasín Galas.
Precisamente fue este astado el que protagonizó la única cogida de las fiestas cuando intentaban devolverlo a corrales con los mansos. La arrancada del Jandilla hacia la calle Colón provocó un momento de caos en los barrotes del Raval, donde varias personas quedaron a merced del toro. Una de ellas, M.V.B., vecino del Grao de Castellón, resultó corneado y fue operado de dos puntazos en el gemelo en la enfermería del recinto. Otra persona resultó contusionada. Los intentaron por activa y por pasiva los cabestros de El Saliner y su equipo, pero no hubo manera de que "Integrista" accediera. Más faena para Raúl Robles, director de lidia, que lo enlazó con rapidez y maestría. Aún así, en beneficio del toro, se optó por encajonarlo.
Una hora y más de 20 minutos después salió a la plaza Mayor el Jacinto Ortega, que sustituía al Robert Margé anunciado en cartel. "Gastador", número 29 financiado por El Barrilet, Els Penjats, El Racó -que esta edición festiva cumple 25 años-, y Els que faltàvem 1979, pasó como una bala rozando los cadafals y dejó sin salida a Richard. La primera embestida de la llevó "El Bicho" en La Picaora, emplazamiento del que también fue difícil sacarlo. Y de nuevo los mansos calle arriba y calle abajo. Aquello parecía un déjà vu cuando el animal cedió a seguir el camino marcado hasta chiqueros, eso sí, después de hacer de las suyas.
* La crónica en el Periódico Mediterráneo:
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