1/19/2009

Joselito, grande en los ruedos y grande en las aulas




Informa: Patricia Rodríguez
Fotos: Elena García Sánchez y Noemí Marín Medina


Grande en los ruedos y grande en las aulas. José Miguel Arroyo ‘Joselito’ emocionó a los alumnos de la VII edición del Curso de Periodismo Taurino durante la conferencia impartida en la Universidad Complutense de Madrid el pasado miércoles.

El maestro, quién afirmó que en la plaza “hay que entregarse en cuerpo y alma hasta sentirse un Dios”, hizo lo propio ante un aforo entregado y a la vez agradecido; puesto que es de recibo recordar que este curso no sería posible sin el apoyo de la Fundación que él mismo preside.

El que está considerado uno de los números uno del la historia del toreo, hizo referencia a los inicios de la citada actividad y afirmó que su finalidad es “crear monstruos, pero monstruos buenos”. En esta línea, Joselito hizo hincapié en la necesidad de tratar la información taurina “con respeto”. “La fiesta está viviendo un momento no muy bueno y está siendo atacada por muchos sectores”, puntualizó.

Por otra parte, el torero madrileño explicó que muchas veces “se valora el toreo actual con frases hechas del siglo XIX” y aprovechó la clase magistral para desmitificar algunos de los tópicos más repetidos en Las Ventas como pueden ser cruzarse, torear con el pico o echar la ‘pata palante’, mediante sus palabras y el toreo de salón.

Torero desde los 10 años y ganadero desde hace 20, Joselito compartió con los alumnos algunas de sus teorías sobre el toreo. “El toreo es engañar al toro con mucha verdad. El torero no tiene que estar siempre a la defensiva; sino que también tiene que darle a elegir al toro, ofrecerse al animal”, explicó. E incidió en que tiene que ser “muy terrenal pero hay que bailar con el toro. Es quietud en movimiento”.

El maestro reconoció haber sido “muy variable” en su trayectoria profesional. “Cuando tenía eco lo que yo hacía me venía arriba y cuando no pensaba “vaya artista de mierda que soy”. Fastidia sentirte incomprendido cuando haces algo que para ti tiene cierta relevancia y no cala en la gente”. En este sentido, el madrileño apuntó que los toreros son los únicos artistas “que tienen una hora estipulada para ser artistas y el público es juez y parte de los que estamos haciendo”.

José Miguel Arroyo reconoció su “miedo a entrar en las enfermerías”. Un lugar que, desgraciadamente, ha pisado en bastantes ocasiones debido a la decena de cicatrices que han dejado en su cuerpo los morlacos.

Asimismo, compartió con los presentes las sensaciones que le produjo su retirada. Un fin para su carrera que decidió tras una tarde de la feria de San Isidro en la que no estuvo mal, según sus palabras. “En Madrid no se puede estar mal hay que estar bien o muy bien”, apuntó Joselito; quién reconoció sentirse desubicado tras guardar los trastos para siempre. “Cuesta tomar esa decisión y cuesta pensar: ¿y ahora qué? Yo vivía en exclusiva para eso. ¡Qué vacío!”.

Actualmente, tras encontrar su sitio en el mundo del toro y la ilusión gracias a su ganadería, descarta su vuelta a los ruedos: “No tengo cojones para volver. Hay que sacrificar muchas cosas y no tengo el hábito hecho”. Sin embargo, no dudó en concluir su oratoria con un mensaje lleno de sentimiento a la que ha sido su profesión durante tantos años: “Se pasa mucho miedo, pero cuando te juntas con el toro es la leche. Yo tenía sueños y los realizaba. Es lo mejor que le puede pasar a una persona”.

¡Gracias, maestro!


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