La vida juega
por nosotros a la ruleta rusa. Reparte las balas a su antojo en un continuo
juego de azar. Caprichoso. Macabro incluso. Almassora se vio inmersa ayer en
una partida a la que era ajena coincidiendo con la quinta jornada taurina de
Santa Quiteria. Y la desventura pisó la calle a la hora que Lorca convirtió en
verso por Ignacio Sánchez Mejías. A las cinco de la tarde.
No habían pasado
cinco minutos de reloj de la primera salida –programada una hora antes de lo
habitual- cuando se produjo la aparatosa cogida de un aficionado de Castellón tras
caer en la calle La Llum. No fue el único que se vio inmerso en esa
circunstancia después de que el toro de El Torreón, bien rematado y que paró
“El Bicho”, accediera a este vial que lleva a la plaza de la iglesia desde la
calle San Vicente; pero sí el único al que “Bonoloto”, patrocinado por las
peñas El Racó, T’Empujen, El Duro, La Tregua y La Tabarra, eligió como presa en
un tramo dificultoso para que los rodadores se lo pudieran quitar.
El joven fue
liberado tras varios segundos interminables y trasladado a una enfermería con divina
protección. Los creyentes se encomendaron a San Isidro, patrón de la calle, que
un día antes también había velado por los tres toreros heridos en la feria que
Madrid celebra en su honor. El resto lo hicieron al doctor Gustavo Traver, como
en Las Ventas con Máximo García Padrós, que lo intervino allí mismo de tres
cornadas por asta en glúteo, abdomen y muslo. Además de un varetazo en el
cuello y contusiones de diversa consideración.
El foco de
atención se dividió entonces entre dos zonas de la calle Mayor. Una con el
toro, la otra con la posta sanitaria a escasos metros. Y mientras tanto las
diferentes versiones de los hechos circulaban a sus anchas por el recinto e
incluso fuera de sus barreras. El colorado de El Torreón, con querencia hacia
El Portal, se vio inmerso en un círculo a la altura de La Murà, con la sombra
de la cogida presente en cada cite hasta que fue conducido por los mansos a los chiqueros.
La tarde
continuó con dos toros más y dos anfitriones. Lo fue César Palacios con “Gallego”,
un ejemplar de tamaño terciado de Lagunajanda financiado por su peña, San Fermín,
junto a Maracay. La falta de kilos se la tapó la nobleza durante su actuación,
destacando la serie de Patricio con la chaqueta en la plaza Mayor.
Borja Gimeno
también hizo la misma función con el astado de Joaquín Núñez del Cuvillo,
ganadería por la que viene apostando la peña El Trasto a tenor de los
resultados obtenidos. Lo supo aguantar Borja de salida al mostrarle el fajín blanco, con el que a su vez le hizo el quite a dos aficionados que se habían quedado fuera del cadafal. Lo templó de frente y por derecho en una de las esquinas de la plaza antes de
que se fuera por las calles. A su vuelta por los mismos fueros, “Luminoso” entró con buen
son a las suertes que le ejecutaron. Fue encerrado 20 minutos después, al tiempo que la vida soltaba el gatillo.
Terminaba el juego comenzado sin permiso a las cinco de la tarde pero sus consecuencias se prolongaban en la enfermería más allá de las siete, dos horas después de aquel 'disparo' certero en la calle La Llum. El herido fue trasladado estable y fuera de peligro al Hospital General de Castellón. Los creyentes se lo agradecieron a San Isidro. El resto a Gustavo Traver.
* La noticia en el Periódico Mediterráneo:
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