10/08/2017

1º tarde bous Almassora (Roser 2017): El inicio de todo


Informa: Patricia Rodríguez


Pocas cosas mantienen tanta pureza como la Vila de Almassora en fiestas. Y mientras el mundo se vuelve loco, Almassora abre la puerta de chiqueros para volver a sus orígenes. Para evadirse en lo posible de lo ajeno. No del todo. Y como muestra las banderas de España que lucían en el recinto fruto de la situación actual.

Cuando Pablo Gil, de la Comissió del Bou, colocó la tablilla de "Antílope" en la fachada de Ca la Vila dio inicio un nuevo ciclo taurino. Faltaba poco para las 18.00 horas y ver a César Palacios en puerta y bandera en mano para recibir al primer toro de la feria, de la ganadería de Santiago Domecq. Le insistió con la tela Palacios al número 22, que buscaba salida, pero lo mejor lo firmó a pelo debajo del cadafal del Ayuntamiento. 

Desde allí presidió la tarde la alcaldesa, Merche Galí, y la concejala de Fiestas, Isladis Falcó, acompañadas por miembros de la corporación municipal. Justo enfrente, la reina, Paula Cubertorer, seguía la exhibición junto a sus damas Alba Caravaca, Mónica Moral, Irene Delgado y Andrea Sánchez, ataviadas todas ellas con el traje campero.

"Antílope" salió hacia La Picaora donde le probaron la embestida los "rodaors", destacando a Rafa Lorite a la rodada o a Palacios toreándolo con la chaqueta ya en la plaza Mayor. Precisamente el recortador de la peña San Fermín, patrocinadora del primero de la tarde junto a T'Empujen, Amigues del Bou -que ayer celebraban el 5° aniversario-, El Retiro, El Perico y El Refugio, se vio obligado a refugiarse en el burladero del casal de l'Aberració.

El casal de la citada peña, que este año cumple 10 años, fue la salvación ayer de más de un rodaor. Como la de Lorite con el segundo de la tarde, de la ganadería José Luis Pereda. Antes de eso, "Banderilla", financiado por las peñas El Polp, El Bocao, Gamusinos, La Pirula, La Jerga, El Deklive, La Trieka, La Kliba y La Discordia, salió a la arena a las órdenes de Julián Marín, que lo templó con sendas rodadas en el centro del ruedo también bandera en mano.

El número 74 se resistió a salir de la plaza pero arrancó con fuerza hacia la calle San Vicente, con el consecuente apuro para los aficionados que se encontraban en el estrecho vial que los conecta. Una chaqueta hizo el quite divino esta vez. El animal basó la mayor parte de su actuación en la calle Mayor, donde fue seguido por numerosos aficionados. La tarde continuó con vacas a partir de las 19.00 horas.


*La crónica en el Periódico Mediterráneo:

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