6/15/2009

Corrida de la Beneficencia de Castellón: “A buen entendedor pocas palabras bastan”


Informa: Patricia Rodríguez
Fotos: Sara Fructuoso


Lo de ayer no era normal. No era normal que a mediados del mes de junio, con los termómetros rondando los 30º y con tal cartel, la plaza registrara tan buena entrada. No es que me sepa mal ver el coso de Pérez Galdós con semejante ambiente y más fuera de la feria de la Magdalena, todo lo contrario, pero los tres cuartos de ayer no se debían ni al populismo del Cordobés ni al apoyo al de casa… A buen entendedor pocas palabras bastan.

Sin embargo, y me alegro por ello, la corrida lúdico-festiva de la Beneficencia no registró una lluvia de orejas, como se podía esperar en un espectáculo de este tipo; aunque bien es cierto que si la espada hubiera acompañado, a estas horas otro gallo cantaría. Y como ejemplo el segundo apéndice que le concedieron a Manuel Díaz “El Cordobés” en el cuarto.

No pintaba bien la tarde tras los dos primeros toros. “El Cordobés” realizó una faena con más pena que gloria al número 61 de Lagunajanda, de 474 kilos, que resultó flojo y paradote tras recibir el puyazo de rigor, y al que mató tras un pinchazo. No colaboró con Matías Tejela el segundo, de 514 kilos, que salió abanto de chiqueros y se mostró protestón en la muleta. Tejela lo intentó por el pitón derecho y desistió antes de hacerlo por el izquierdo. Mató tras dos pinchazos.

Mejores trazos dibujó Abel Valls con el toro que le tocó en suerte, al que recibió por verónicas y probó por chicuelinas. Comenzó la faena de muleta por estatutarios para continuar con varias tandas por la derecha y otras tantas por la izquierda. Estuvo bien el de Castellón con el noble ejemplar, aunque le bajó demasiado la mano en varias series. Recibió una oreja.

El cuarto de la tarde quiso que Manuel Díaz tocara pelo en Castellón. Y así fue. El castaño de Lagunajanda, de 480 kilos, colaboró con el torero en los tres tercios. Ya mostró sus buenas cualidades en las verónicas de recibo, estuvo alegre y colaborador en banderillas, y humilló con la franela. Estuvo asentado el torero que realizó una faena fundamentada en el pitón derecho con una tercera serie de más mérito. Con la oreja en el bolsillo apareció “El Cordobés” del salto de la rana, el que torea mirando a los tendidos y el que habla con el público. Y claro, al público le rebrotó la vena lúdico-festiva, y le pusieron la otra oreja en el otro bolsillo.

La faena de Tejela con el quinto fue de más a menos, como su toro. Apuntó maneras con el capote pero la cosa se fue apagando en el último tercio y se extinguió con el descabello. En la misma línea fue la faena de Abel. Mostró su variedad capotera con el toro que le tocó en suerte y que no transmitió en el último tercio. Destacar el segundo par de banderillas de Josele, que se desmonteró para recibir una fuerte ovación. Remató Abel la faena por manoletinas y mató tras reiterados pinchazos.

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