6/25/2015

Crónica bous Sant Joan Puçol: Más pitos y menos flautas





Informa: Patricia Rodríguez
Fotos: És Puçol


Cuando unas siglas políticas, sean las que sean, intentan tapar el hierro de un toro la cosa se pone fea. Porque los toros, señoras y señores, no son política ni, mucho menos, del político de turno. Se lo hicieron saber en Puçol a su nuevo alcalde con una sonora pitada días después de no mostrar su apoyo a los "bous al carrer" en la prensa. "Más pitos y menos flautas", le dijo el pueblo. Soberano. Y el martes los aficionados cambiaron el recinto de la Setmana Taurina por las calles del recorrido de Sant Joan, pero siempre con el toro como protagonista. 

Acción-reacción ante el desprecio institucional a una tradición considerada cultura local, aunque a la autoridad le chirríe relacionar Puçol con la "cultura de bou" como reza el eslogan. Por eso, Puçol hizo caso omiso a la respetuosa fórmula de: "Con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide". Por si las moscas. Y sobre las 18.00 horas ni tan siquiera los últimos coletazos de una intensa tormenta pudieron impedir que se levantara la puerta del primer cajón. Tan claro como el agua lo tenía la Comissió del 7 de Setembre. 

Si a Esteve (el alcalde) le tocó aguantar el 'chaparrón' en el Chupinazo de la Setmana, no fueron pocos los taurinos que aguantaron el que caía la tarde del martes para coger un buen sitio desde el que ver la salida del primer Ventorrillo. Es lo que comporta el cargo y la afición. Le costó prender al tercer cohete anunciador. Y cuando estalló, pasados unos minutos de la hora marcada, se escuchó una sonora pitada sobre una arena embarrada. 

Con tanto fuego abierto, salió "Bombero" hacia la calle Sant Miquel, donde se enceló con la primera talanquera, en la que dejó marca. De nuevo en la arena se encontró con Jose kargbo que, sin apreturas como suele ser habitual en este festejo, le pudo plantar la chaqueta. Pero el ejemplar, marcado con el número 6, prefirió el asfalto de la zona de la iglesia, donde fueron a buscarlo los mansos al tiempo que al recinto acudían aquellos aficionados a los que les había hecho dudar la lluvia.

Nadie esperó a "Fugadito" sobre un improvisado albero convertido en barro. Ni tan siquiera él, marcado también con el hierro de El Ventorrillo, quiso quedarse por allí y la fuga de aquel terreno le provocó un patinazo que lo dejó sucio para toda la exhibición. Tan sucio, por cierto, como algún que otro objetivo al que el resbalón del morlaco al lado de las barreras le pilló de imprevisto. Más previsor fue José Luis Pérez que lo esperó ya tocando asfalto y lo rodó paraguas en mano. 

Eterna se hizo la espera para ver salir al tercero, mientras la arena y el alquitrán iban asumiendo el agua a duras penas. Pasadas las 19.30 horas -y después de conseguir encerrar al segundo- se dio suelta al toro de Celestino Cuadri, que sí contó con una buena entrada. Lo esperó 'Patxi' a puerta. Sin embargo, el de Trigueros pasó como una bala por la chaqueta con la que lo recibió, genuflexo, el de Rafel.  "Brigada", con el número 12, se hizo 'zorro' en las calles.

La tarde continuó con la suelta de una vaca y la embolada de otra, ambas de 'El Saliner'. Sin embargo, la jornada de Sant Joan fue madrugadora, como suele ser habitual, con un encierro bajo un cielo despejado que no hacía presagiar más tormenta que la derivada de mezclar toros con política. A este festejo se sumó la suelta de dos astados. Llegada la medianoche, y ya con el santoral marcando San Juan, comenzaron las emboladas de los tres ejemplares exhibidos durante la tarde.

Así, Puçol seguirá vinculada con la "Cultura de Bou". Aunque no cuente con apoyo político ni lo diga un eslogan. Pese al que le pese. 

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